Baile Chino Adoratorio Cerro Mercachas: 10 Años de resistencia espiritual en Aconcagua

El pasado 21 de diciembre, Estuvimos presentes junto a nuestro programa de radio El Fogón Elquino, en la Ceremonia de Solsticio de Verano o Capac Inti Raymi, que se celebra desde hace 10 años en el Cerro Mercachas, cercano a la ciudad de Los Andes, en la Región de Valparaíso, Chile. En este breve artículo queremos dar a conocer esta experiencia y contar algo de la historia de quienes llevan adelante esta actividad, el Baile Chino Adoratorio Cerro Mercachas. Antes de pasar a esto contaremos un poco sobre la historia y arqueología del Cerro Mercachas.

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Por Redacción Supay Wasi. En: Boletín Mamakochandes 1 (ISSN 0716-971X)

Vista hacia el Cerro Aconcagua desde el Mercachas. Foto: Archivo Personal.

El pasado 21 de diciembre, Estuvimos presentes junto a nuestro programa de radio El Fogón Elquino, en la Ceremonia de Solsticio de Verano o Capac Inti Raymi, que se celebra desde hace 10 años en el Cerro Mercachas, cercano a la ciudad de Los Andes, en la Región de Valparaíso, Chile. En este breve artículo queremos dar a conocer esta experiencia y contar algo de la historia de quienes llevan adelante esta actividad, el Baile Chino Adoratorio Cerro Mercachas. Antes de pasar a esto contaremos un poco sobre la historia y arqueología del Cerro Mercachas.

El Cerro Mercachas

La cuenca superior del río Aconcagua, donde se encuentra el epicentro de esta historia, se encuentra en la zona septentrional de Chile Central y corresponde a un amplio valle compuesto por dos sectores: el área de San Felipe -Los Andes y el área de Putaendo, las cuales están separados por un importante cordón montañoso. Los estudios arqueológicos e históricos han mostrado que en tiempos inmediatamente anteriores a la llegada del inca, esta zona fue ocupada por comunidades campesinas con un bajo nivel de jerarquización y diferenciación social y una ausencia de grandes obras constructivas que indicasen un trabajo comunitario a gran escala (Troncoso Et all. 2012).

Lo que se conoce actualmente como valle de Aconcagua, al momento de la conquista española, estaba dividido en dos mitades o valles de acuerdo a la forma andina de organización (al igual que todos los valles transversales del Norte Chico Chileno). La parte alta se denominaba Aconcagua y estaba comandada por Michimalonko y la parte baja denominada Chile (origen del nombre de este país) dirigida por el señor local Tanjalonko. El Valle de Putaendo también se hallaba dividido en dos mitades. Estos grupos pertenecían a un huamani o Provincia Inca que abarcaba desde el Choapa hasta el valle del Río Maipo. En esta provincia se hablaba principalmente mapuzungun (o lengua mapuche) (Barría, 2018).

Los incas habrían arribado a los valles de Putaendo y Aconcagua a mediados del siglo xv y su sistema de gobierno se basaba en la eficacia de su ritualidad para afianzar su hegemonía, más que en la conquista militar. Entre las manifestaciones materiales del tawantinsuyo en Aconcagua y Putaendo tenemos la monumentalización del territorio en lugares clave desde un punto de vista simbólico-espiritual- territorial, ejemplo de ello son la superposición de qellqas o signos escritos, en sitios relevantes con petroglifos y la implementación de instalaciones arquitectónicas en huacas/cerros como el monte Aconcagua, el Orolonco, El Castillo y como en este caso, en el Cerro Mercachas.

Según el trabajo de Andrés Troncoso y colaboradores (cuya referencia está al final de este artículo y se puede encontrar en internet el texto completo), El Complejo Arquitectónico Cerro Mercachas se ubica en las proximidades de la actual ciudad de Los Andes y se emplaza en la cumbre de una estribación montañosa de la cordillera andina, a una altitud de 1.600 msnm y a 500 m de altura sobre el valle de Aconcagua. Tiene como particularidad que su cumbre es una planicie que se extiende por más de 300 m de largo, por lo que el macizo también se conoce con el nombre de Cerro La Mesa.

La altura y dimensiones del cerro, así como su particular cumbre plana, hacen de cerro mercachas un hito extremadamente significativo dentro del paisaje local, destacando tanto por su morfología como por su alta visibilidad en el entorno. A la inversa, desde su cumbre se tiene una visión privilegiada de toda la cuenca superior del Aconcagua, y una vista directa del santuario del cerro Aconcagua, principal waka incaica de la región y que es visible desde pocos lugares de la zona.

El complejo del cerro mercachas está delimitado por un muro perimetral de piedra que encierra un área cercana a los 12 hectáreas y en cuyo interior se han reconocido un total de 43 estructuras arquitectónicas o construcciones y 13 bloques con arte rupestre. Según estudios arqueológicos realizados en el lugar, las evidencias materiales corresponderían al Período Inca en la zona, lo cual es acorde con la estrategia político -espiritual, que hemos mencionado antes, de monumentalización de huacas para afianzar su dominio sobre el territorio. Esto no quiere decir en ningún caso, para nosotros, que este sitio no haya sido un lugar de gran importancia espiritual en momentos previos al arribo del inca, pues las poblaciones locales no solían intervenir monumentalizando el paisaje y dejaban escasas huellas materiales, al contrario de los incas.

Los arqueólogos Stehberg y Sotomayor propusieron interpretar el sitio como una waka-fortaleza, es decir, como una instalación que mantiene un patrón constructivo de tipo fortaleza -defensiva, pero que funcionaría como un espacio sagrado. Otro punto fundamental, que aparece tanto en los estudios arqueológicos, como en las prácticas actuales en este, sitio es la astronomía vernácula o indígena. en el análisis hecho a las estructuras por Andrés Troncoso y colaboradores:

“se detectó una orientación en la abertura de las puertas de ciertos recintos de pircas. Esta orientación se relaciona directamente con el solsticio de invierno y con el Cerro Aconcagua. Para la latitud de Cerro M ercachas y en la época de uso de las estructuras, la primera aparición de las pléyades, su orto helíaco, o sea la primera aparición de tales estrella por el horizonte oriental, después de su período de invisibilidad, ocurriría hacia comienzos de junio, apenas unos pocos días antes del solsticio de junio. esto sugiere una interesante asociación entre la principal waka incaica de la región (Cerro Aconcagua) y la aparición de las pléyades, que según autores como Bauer y Dearborn serían las principales estrell as sujetas a observación en el tawantinsuyu, dada su asociación con la producción de maíz, por lo que «su aparición y desaparición fueron seguidas con gran interés.”

Otro punto importante, señalado por estos arqueólogos, es la partición en tres de la arquitectura del lugar. Se deben atravesar tres muros perimetrales que delimitan tres lugares, que a su vez se relaciona con la división del mundo en tres dimensiones, el mundo de abajo, el de al medio y el mundo de arriba. Esta misma organización del espacio ha sido encontrada en otros sitios arqueológicos del tawantinsuyo, como por ejemplo en la isla del sol, en el Lago Titicaca, Bolivia.

Petroglifos Cerro Mercachas. Foto: Archivo Personal
Vista desde la cima del Mercachas. Foto: Archivo Personal
Petroglifo antropomorfo de la Piedra Huaca del Mercachas. Foto: Archivo Personal

Guardianes de la tradición espiritual local

El Baile Chino Adoratorio Cerro Mercachas se creó hace 10 años en la Escuela de El Sauce, localidad próxima a la ciudad de Los Andes. Desde un primer instante se planteó la necesidad de llevar el sonido y la ritualidad china al cerro -huaca que se encuentra muy próximo a la escuela. Así es como el año 2014 realizan el proyecto “peregrinación por la revalorización de la raíz precolombina de los bailes chinos del alto aconcagua”, en este proyecto realizaron un recorrido, llevando la ritualidad china a importantes sitios de adoración con antecedentes prehispánicos en el Valle de Aconcagua.

De la mano de su alférez, Mario Lautaro Martínez, este solsticio de verano pasado, han cumplido 10 años de vida y de chinear por los cerros y pueblos de Aconcagua. Como se deja ver en las líneas anteriores, la principal festividad de esta cofradía es la celebración de los solsticios de verano e invierno en la cima del cerro -huaca Mercachas.

Uno de los desafíos más importantes a los cuales se han enfrentado, es la lucha por la defensa de las aguas y los glaciares de Aconcagua, formando parte además de una coordinadora que agrupa a diferentes colectividades en la lucha en defensa del agua, cuyas principales amenazas son la megaminería y el monocultivo de uvas y paltas: “el baile chino está ligado al agua, se acaba el agua y se acaban los chinos, porque el mundo chino es un mundo eminentemente agricultor”, nos dice su alférez.


Otro hito importante en esta cofradía y su territorio, fue la exitosa lucha contra la instalación de una antena de telefonía celular, la cual pretendían emplazar en la cumbre del cerro, lo que hubiera afectado enormemente el patrimonio arqueológico del lugar y las actividades espirituales de la cofradía. Gracias a las labores de difusión y resistencia de esta agrupación china y sus aliados, la antena de telefonía no pudo ser instalada.

En este punto queremos mencionar la existencia de un caso similar, aunque con un mal resultado: el caso del Pucará de la Compañía. Esta “fortaleza defensiva”, que probablemente también sea una huaca, se encuentra en la Comuna de Graneros, Sexta Región de Chile. Este cerro incluso tiene cierto parecido al Mercachas, ya que también cuenta con una importante planicie en su cumbre (como se aprecia en la foto de abajo). Este pucará alberga evidencias arquitectónicas incas, pero también evidencias anteriores, de los grupos denominados promaucaes o picunches. Una de las características relevantes de este sitio es que es uno de los emplazamientos más australes del tawantinsuyo inca, junto al Pucará de la Muralla de San Vicente de Tagua Tagua. Seguramente si hubiera existido una comunidad organizada en torno a este patrimonio, como en el caso del Mercachas, hubiera sido muy difícil que la empresa hubiera logrado instalar su antena.

Cerro Grande de La Compañía, se observa la antena instalada en el sector izquierdo de su cumbre. Foto: Penarc – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10190704


La celebración

El pasado 21 de diciembre, estuvimos presente en la celebración del solsticio de verano. Nos juntamos la tarde del día anterior, con el Baile Chino Aconcagua Salmón, otra importante cofradía del vecino Valle de Putaendo, para juntos emprender la subida al cerro, lo cual nos llevó algo más de tres horas de extenuante camino de ascenso.

Al llegar a la extensa planicie de la cima del cerro, armamos el campamentos donde pasaremos la noche para esperar al nuevo sol. En la noche alrededor del fuego se lleva a cabo la tradicional ronda de presentaciones y conversación o nutram con un total de casi 60 asistentes. Posteriormente a eso de las 12 de la noche se comienza el primer salto de los chinos. Dos columnas de músicos danzantes, se enfrentaron haciendo sonar sus flautas, al medio un tamborero marca el ritmo e indica las mudanzas, los pasos del baile que se ejecutan al mismo tiempo que se hacen sonar los vientos. En el momento central de la ritualidad el alférez, que dirige el baile, porta una bandera con la cual dirige sus cantos improvisados en cuartetas a la huaca, los ancestros y al Cerro Aconcagua. Luego de descansar algo, nos levantamos a las 5: 30 am para salir rumbo a la piedra huaca que preside el Mercachas y sitio de observación del solsticio. Se van reuniendo de nuevo los chinos para hacer sonar sus flautas con las primeras claridades del día.

Reunión de los chinos con las primeras claridades del día. Foto: Archivo Personal

Los chinos van tocando sus instrumentos nuevamente, afinando el sonido y el paso, abriendo la comunicación con la divinidad, posteriormente el alférez eleva nuevamente su canto -rezo, saludando a los cerros y al nuevo sol. Al finalizar su canto, saluda y da paso al peñi mapuche, que ha venido desde la vecina localidad de Santa María de Aconcagua a ofrecer su rotativa al Ñgen, a la pareja de jóvenes y a la pareja de viejos, a los cuatro espíritus que cuidan y mandan en ese winkul mapu o territorio de montaña. En esta rogativa tampoco faltaron los llamados y saludos al waichafe Michimalonko. Después de esta rogativa ejecutada cuatro veces y que tuvo afafan cuatro veces, se dio paso a otra rogativa al estilo andino central, dirigida por una pareja de practicantes de la tradición de los Andes Centrales.

Chineo en el solsticio, Cerro Mercachas. Foto: Archivo Personal.
Flautas chinas apoyadas en piedra huaca. Archivo personal
Rezo hoja de coca. Archivo personal
Chino durmiendo. Archivo personal

Secretos de la cofradía

En estos 10 años de ritualidades ininterrumpidas en el Cerro Mercachas, esta cofradía ha ido atesorando importantes secretos del lugar, algunos de los cuales han querido compartir con nosotros. Uno de los más llamativos que además hemos podido atestiguar en el sitio, es el alumbramiento del Ojo del Aconcagua, este fenómeno solsticial consiste en que en cierto momento, antes de que caigan los primeros rayos directos del sol sobre el Mercachas, un primer rayo de luz cae directo en una zona del Cerro Aconcagua. Este rayo ilumina repentinamente al ojo de lo que sería la figura del rostro del cerro. En la Ciencia Indígena de los Andes, en toda la extensión de esta cordillera, se indica que los cerros son ancestros importantes y por lo tanto esa es la explicación para que se manifiesten ciertos rasgos en la morfología humana de las montañas, nariz, boca, mentón, etcétera. Entonces al alumbrarse el ojo, queda al descubierto cuales son los otros rasgos del rostro del apu Aconcagua. Un ojo que mira en dirección al nuevo sol.

Otro fenómeno lumínico, bastante impresionante, que se manifiesta en los días del solsticio, es la aparición, junto con las primeras claridades del día, de una bola luminosa sobre el Cerro la Leonera. Este fenómeno, difícil de describir, es como un disco de luz tenue que se marca sobre este cerro, durando unos segundos o pocos minutos quizás. Como si fuese un doble de la luna o del sol pero sin la fuerza extrema de sus rayos.

Otro fenómeno puntual que ocurrió en cierta ceremonia, es la aparición de una especie de nube que desprendía luces de varios colores, el avistamiento fue señalado por muchos concurrentes a aquella ceremonia. En otras ocaciones se han reportado otros avistamientos de luces y de seres antropomorfos.

Hasta aquí dejamos este informe sobre el Cerro Mercachas y sus guardianes, un tema que da para mucho más. Felicitamos la gran labor que el Baile Chino Adoratorio Cerro Mercachas y su alférez, llevan adelante para recuperar la memoria y cuidar el territorio del Valle de Aconcagua.

Referencias Bibliográficas
Barría, Patricio. (2018) “El Zarpazo del Tigre y la Dueña del Agua en el Cerro Orolonco, Valles de Putaendo/Aconcagua (Chile)”. En: Cuadernos Supay Wasi #2. Proyecto Supay Wasi, Vicuña, Chile.


Troncoso, A., Pavlovic, D., Acuto, F. A., Gonzáles- García, A. C. (2012) “Complejo Arquitectónico Cerro Mercachas: Arquitectura y ritualidad incaica en el Chile central” . En: Revista Española de Antropología Americana, vol. 42, núm. 2, 293-319.https://www.researchgate.net/publication/236330847_Complejo_Arquitectonico_Cerro_Mercachas_Arquitectura_y_ritualidad_incaica_en_el_Chile_central

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