Por Patricio Barría

Pullayes es una localidad de la Región de Coquimbo, Chile. Hasta hace pocas décadas la ocupación principal en esta localidad, era la crianza de cabras y otros animales en su extensa parte alta, que conecta directo a las serranías de la Comunidad Agrícola Diaguitas- Uchumí. También en la parte baja de esta localidad, el sector bajo el canal de regadío, habían extensos huertos que producían toda clase de hortalizas y frutos, que el benigno clima elquino permitía.
En las últimas décadas el auge del negocio de la uva de exportación, ha modificado radicalmente el paisaje local. El monocultivo de uva acaparó todos los terrenos aptos para agricultura, reemplazando la rica variedad de la agricultura tradicional. Este cambio no solo fue en las tierras tradicionalmente aptas para el cultivo, sino que, gracias a costosas tecnologías de bombeo y riego –así como al uso intensivo de maquinaria–, las parras han colonizado el territorio de los Copaos, Illaves y Sandillones (nuestros cactus nativos), hábitat de la fauna silvestre, tierras que antiguamente se dedicaban a la crianza extensiva de animales y otras actividades tradicionales. Otros bienes comunes como el patrimonio arqueológico también se han visto perjudicados.
Antiguamente las comunidades agrícolas no podían vender sus tierras y sus derechos sobre esta, solo se heredaban familiarmente. Durante la dictadura militar, se transformó la Ley de Comunidades Agrícolas para permitir laventa de los derechos comunitarios, lo cual allanó el camino para la expansión del capitalismo agroexportador en el Elqui. También habría que sumar a este fenómeno la creciente utilización de toneladas de agroquímicos y la presión sobre el Río Elqui para obtener agua para regar, las cada vez más extensas, hectáreas de monocultivo.
Historia Indígena del territorio
En el Valle de Elqui la historia indígena es un proceso complejo de larga data, con varios milenios de duración. Esta complejidad de culturas se hace patente, de modo superlativo, durante el periodo Inca, cuando una diversidad de grupos convivían en el territorio elquino. Junto a los grupos diaguitas, encontramos chiles (del valle de Chile o Aconcagua, hablantes de mapuzungun), churumatas (provenientes del sur de Bolivia/ Norte argentino) y otros contingentes poblacionales movilizados por los Incas. De algún modo, este panorama multiétnico refleja la actual herencia cultural del territorio.
Existe un sugerente relato local, el cual hemos recopilado en el vecino pueblo de Andacollito, que versa sobre la existencia de tres grupos indígenas al momento del contacto con los españoles, este relato resulta bastante interesante, ya que entrega algunas pistas sobre la distribución de los grupos en el territorio:
“Cuando llegaron los españoles, existían tres tribus de indios en el Valle de Elqui. Primero los que vivían para abajo en Marquesa, luego venían los diaguitas, aquí desde el Mamalluca para arriba y al final del valle, para la cordillera, en las faldas del Cerro Doña Ana y las Tórtolas, vivían los más ricos de todos, los incas.”
(Poblador de Andacollito)
En este relato se aprecia claramente una división en la ocupación territorial entre un grupo de la parte baja del valle — los de Marquesa — y un grupo de la parte alta — los diaguitas — mientras que un tercer grupo, caracterizado por su mayor riqueza —los incas — habitaban en un sector aún más alto del valle, cercano al límite con Argentina. La evidencia arqueológica por otro lado, demuestra la existencia de ocupaciones inca en estos cerros cordilleranos, además de la documentada existencia de “Santuarios de Altura” donde se realizaban los rituales de Capacocha, ofrendas realizadas a los apus más importantes de Los Andes, como parte del calendario ritual incaico (Stehberg, 1995).
Otras evidencias valiosas, las entregan numerosos documentos coloniales, que refieren sobre la denominación que se le asignaba, a diversos segmentos del Valle de Elqui en tiempos coloniales. Se menciona la contraposición entre dos territorios, uno denominado Valle de los Diaguitas, hacia la parte alta del valle y otro denominado Valle Delque, desde el antiguo pueblo de El Tambo hacia aguas abajo (Castillo, 2011; Téllez, 2008).
En algún momento no muy lejano en la milenaria historia elquina, la denominación Valle de Elqui — que muy probablemente proviene de la antigua denominación Delque o Elque, que antiguamente era reservada para la mitad de abajo del valle — se impuso para todo el territorio en cuestión, de cordillera a mar y el topónimo Diaguitas pasó, de ser el nombre para designar un extenso territorio (la mitad de arriba), a solo a nombrar una localidad, tal como es en la actualidad el pueblo de Diaguitas.
Nido de arañas
En el Valle de Elqui en general, los nombres indígenas de los lugares o toponimia indígena, se dividen entre provenientes del idioma mapuche y quechua, por ser su presencia ampliamente mayor a la de otras lenguas. El topónimo Pullayes ha sido relacionado con el quechua. En el libro “Vicuña y la toponimia del Valle de Elqui” del autor Herman Carvajal Lazo se identifican las siguientes acepciones:
“PULLAY, (1), paraje. Topónimo cuya etimología bien puede ser quechua o mapuche. Si quechua, de pukllay, ‘jugar, divertirse’. Si mapuche, de pwhab, ‘barbas o líquenes de los robles’. // Pullay. Jugar. (Pucllay). En las provincias del norte de Chile, lo mismo que en la Argentina, donde pronuncian, puyllay y pusllay, un muñeco, personificación del carnaval, equivalente al Ño Camardón del Perú, que llevan a enterrar con una parodia de sepelio de un cadáver al terminar el Carnaval… // Pullay, m. Arbol parecido al aromo y a nuestro lilén o corcolén. Se cría en la provincia de Coquimbo pero no lo nombran nuestros naturalistas. Probablemente a él se deben los nombres de Alto de Pullay, paraje del valle de Elqui (Román).”
Más allá de estas posibilidades interpretativas y de la búsqueda de significados indígenas en diccionarios, algunas personas antiguas del pueblo de Pullayes, tiene su propia versión sobre el significado del nombre de este pueblo:
“Pullayes significa nido de arañas, porque antes habían muchas arañas y hacían sus nidos en la punta de unos cactus que antes se conocían con el mismo nombre que este pueblo…Esos cactus también se llamaban Pullayes antes.”
Tan importante ha sido para esta comunidad el significado manejado sobre su nombre, que incluso forma parte del estandarte de la Junta de Vecinos (ver abajo: detalle del estandarte de la Junta de Vecinos de Pullayes).

Ahora, averiguando un poco sobre lo que nos dicen nuestros interlocutores elquinos, es que nos encontramos con la siguiente aproximación entre esta traducción local y el idioma mapuche. En mapuzungun hay una categoría de araña, no venenosa y benéfica que se llama llayiñ, mientras que la particular que hace el plural en esta lengua es pu, tenemos entonces que Pu llayiñ, significaría arañas:
“Llallíñkushe, significa la vieja-primigenia araña…es la gran tejedora, la tejedora preeminente, la tejedora ancestral y originaria que, como toda gran tejedora, sabe hilar de igual manera… Llallíñ no es un lexema genérico de araña; según de Augusta, la especie está dividida en dos etnocategorías: “Llallíñ: arañas pequeñas y regulares; y pallu, las grandes picadoras” … Zúñiga, por su parte, nos refrenda dichaopinión, para él la “araña, llallíñ; araña venenosa pallu”. Es la araña inofensiva la que habita en lo doméstico, sin envenenar ni picar, es una colaboradora de lo doméstico, atrapa en su tela a los insectos molestos. De ahí que venga siempre de arriba al rescate –arriba en asociación a lo positivo, en oposición a lo abajo vinculado a lo negativo–, es la araña de tela.”
(Mege, 2017)
Indagando un poco en la importancia de la araña en la cultura mapuche, tenemos a la Vieja Araña, Llayiñ kushe, patrona de las tejedoras, un espíritu antiguo que trajo el arte textil y los colores al mapu. Incluso tiene su propio diseño dentro de la textilería tradicional mapuche.

de la localidad de Neuquen, Argentina. Foto de la autora.
Las arañas de Pullayes
Hemos realizado un micro-recorrido por la historia de Pullayes, siguiendo el significado de su nombre, también hemos señalado la complejidad de culturas que forman parte de la historia indígena de estos territorios. En este sentido el significado del nombre de este pueblo –guardado por la comunidad–, nos recalca la misma complejidad histórica que hemos señalado. La importancia de los grupos chile, hablantes del mapuzungún, junto a los diaguitas y otros grupos étnicos como los churumatas, se manifiestan de una forma u otra en la historia elquina, que está lejos de ser un proceso simple y homogéneo.
Referencias Bibliográficas
- Carvajal Lazo, Herman. (1993) “Vicuña y la toponimia del Valle de Elqui”. Facultad de Humanidades Universidad de La Serena.
- Mege, Pedro. (2017). “La cofradía de las arañas. Mitos y ritos herméticos de las maestras textileras mapuches”. En: Aisthesis no.62. Santiago de Chile.